Prompts SEO e Inteligencia Artificial: ¿Menos es más?

Prompts SEO e Inteligencia Artificial: ¿Menos es más?

Hace poco, mientras buscaba información sobre un antiguo manual titulado «Auditoría Técnica SEO: Procesos y Documentación» —una obra de hace cinco años que fue bastante consultada en su momento dentro del sector del SEO técnico—, me topé con algo inesperado: un PDF repleto de prompts SEO generados aparentemente como material de formación para alumnos de un curso sobre IA aplicada al posicionamiento web.

El documento, elaborado por una empresa de formación, recopilaba una serie de ejemplos de cómo pedirle a una inteligencia artificial tareas relacionadas con SEO. En teoría, era un recurso pedagógico. En la práctica, fue una llamada de atención.

Prompts demasiado adornados… ¿para quién?

Lo primero que me sorprendió fue el estilo de estos prompts: excesivamente largos, rebuscados, con estructuras que parecían sacadas de una novela barroca. Algunos llegaban a ocupar más de 15 líneas, cargados de adjetivos innecesarios, redundancias y una aparente intención de “sounding smart” más orientada a impresionar a un humano que a generar una respuesta útil de una IA.

En pocas palabras: demasiado “floridos” para ser eficientes.

Como profesional que lleva años trabajando con IA y aplicando estas herramientas en flujos de trabajo reales, mi enfoque siempre ha sido el contrario. Prefiero ir directo al grano: prompts concisos, específicos y con el menor número de palabras posible sin sacrificar claridad. Este estilo no solo es más funcional, sino que también reduce el consumo de recursos computacionales. Como me gusta decir en tono medio en broma, medio en serio: soy un Green SEO. Y parte de mi ética incluye no hacer que un modelo de lenguaje pierda el tiempo (ni la electricidad) con palabrería vacía.

¿Estoy equivocado? Vamos a probar

Pero la duda me picó. Me pregunté si quizás estaba equivocado. Tal vez esos textos recargados eran la nueva “norma” en el mundo del prompt engineering. Así que decidí probarlos. Tomé varios de los prompts más rimbombantes del PDF y se los lancé a distintos modelos de lenguaje, incluyendo algunos que tengo instalados en local.

El resultado fue el esperado: respuestas también recargadas, llenas de texto de relleno y poco valor práctico. En muchos casos, el modelo replicó el tono innecesariamente complejo del prompt y devolvió párrafos vagos, generales y casi sin ninguna acción concreta. Esto no es casualidad: la IA responde en la dirección que le marca el input. Si le hablas de forma difusa, obtendrás resultados difusos.

Un paralelismo educativo

Esto me recordó a algo que solemos decir sobre la educación de los niños: si los alimentas con contenidos superficiales, crecerán con una visión superficial del mundo. Lo mismo ocurre con los modelos de lenguaje. El input condiciona el output. Un prompt inflado y con palabras vacías termina entrenando (en tiempo real) a la IA a seguir ese mismo camino de vaguedad.

Un mensaje para los futuros SEOs

Espero sinceramente que los alumnos que están siendo formados con este tipo de materiales tengan el suficiente criterio técnico y sentido común para ir más allá del ejemplo y refinar sus propias instrucciones. Porque si no eres capaz de identificar por qué tu prompt no te da lo que esperas, es difícil corregir el rumbo.

No se trata de escribir bonito para que parezca que sabes, se trata de escribir preciso para que la máquina entienda. Y en un entorno donde la automatización, la velocidad y la eficiencia marcan la diferencia, la claridad es poder.

¿Y el SEO?

Por cierto, un detalle casi irónico: bajo la búsqueda exacta de, «Formación IA prompt SEO», esa misma empresa de formación no aparecía posicionada en Google. Lo cual, siendo honestos, no deja de ser un buen recordatorio de que el contenido bonito no siempre es contenido eficaz. Ni para una IA, ni para un motor de búsqueda.